sábado, 30 de julio de 2011

Pinturas egipcias






La pintura egipcia no tiene preocupación por el arte o la técnica sino que se trata de una escritura, un conjunto de mensajes destinados a conseguir el favor de los dioses, la vida de ultratumba, la salvación eterna....

A nivel técnico, lo primero que nos llama la atención son los convencionalismos de la pintura egipcia, se puede ver que la cara va de perfil pero el ojo de frente, los hombros de frente y las caderas de ¾, los pies de perfil y, lo más chocante, dos manos y dos pies del mismo lado, es decir, dos manos derechas o dos manos izquierdas. Esto es así porque los egipcios conseguían de esta manera reflejar toda la esencia principal del personaje como si se le viese simultáneamente desde varios puntos de vista.
El método para realizar los dibujos, se basaba en la ejecución de líneas guía o cuadrículas, representando la figura humana, según su regla de proporción, en la cual ésta ocupaba dieciocho cuadrículas si estaba de pie, y catorce si estaba sentada, sin contar la peluca o adornos de la cabeza. Durante la dinastía saíta, la proporción cambió, ocupando la figura humana veinticuatro cuadrículas y un cuarto.
La aplicación de la pintura se realizaba pintando los contornos en ocre rojo, y coloreando el fondo en amarillento o blanco. A continuación se recubría la superficie de los personajes con colores vivos, aunque planos, sin mezcla, ni sombras. Los colores utilizados en pintura eran los siguientes:
Azul, representado por el Nilo, se usaba para el cielo, el agua y la noche.
Verde, símbolo de la fecundidad y la vegetación, color con que se representaba al dios Osiris, y era utilizado para representar la naturaleza y motivos vegetales.
Blanco, usado como fondo para los dibujos, para colorear la ropa, la corona blanca, y para representar el pan.
Rojo, representado por el dios Set, se usaba para la corona roja, la piel masculina, la cerámica, la madera, y para el desierto.
Amarillo, representado por el sol, usado para el oro y la piel femenina.
Negro, color de la fertilidad, representado por el limo del Nilo. Se usaba para pintar los cabellos y los ojos.
Respecto a los principios o características principales del arte en el Antiguo Egipto, éstos estuvieron inalterados durante toda su historia. Se consideran cuatro principios básicos, aunque también se tenían en cuenta otras características secundarias:
- Representación bidimensional: las pinturas, incluso la sensación que daba el color, eran planas, en dos dimensiones, sin sombras, sin dar sensación de relieve, lo cual no restaba belleza a las obras.
- Frontalidad: las representaciones se hacían vistas de frente, aunque en el caso de la figura humana, la cabeza, pies, manos y senos se representaban de perfil, el ombligo de tres cuartos, y el resto del cuerpo de frente.
- Falta de perspectiva: la única forma de suplir la falta de perspectiva, era representando las pinturas en líneas horizontales, dividiendo la escena en registros, con el fin de secuenciarla. También se utilizaba la representación de figuras en distintos tamaños, o bien para dar sensación de perspectiva, o dependiendo de la importancia del personaje. Las líneas superiores representaban el fondo, y las inferiores, los primeros planos.
- Horizontalidad: se aplicaba a todo el conjunto, pudiendo representar así la verticalidad de ciertos conjuntos decorativos.
- Además de los cuatro principios anteriores, en las pinturas no se representaba el movimiento, se trataba de imágenes estáticas.
- En el caso de figuras humanas, se pintaban idealizados, y siempre jóvenes.
Para los antiguos egipcios, lo importante era su visión de la realidad, intemporal, sin cambios, sin influencias del exterior. Por ello somos capaces de reconocer la pintura del Antiguo Egipto y sus características, entre el resto de representaciones pictográficas de cualquier época, lugar o corriente estilística.

¿Por qué pintar?


¿Por qué amar? ¿Por qué sanar? ¿Por qué sentir?
Pintar es un acto mágico, y lo bueno de este acto es que queda constancia de él. Sacar imágenes de nuestro interior, o copiar cosas del exterior pero elegidas por nosotr@s. Pintar es conocerse un poquito más, pintar forma parte de nuestra naturaleza, pintar cuando no se puede hablar, pintar para vivir y soñar. Pintar es como el sexo, pintar es como el amor, pintar es mirarse al espejo del alma y de la razón. Pintar es una salvación, pintar es un complemento, pintar aunque se pueda hablar. Si, pintar aunque nunca lo hayas hecho, ni se te paso por la cabeza. Porque tus imágenes estan ahí esperando salir. ¿O me vas a decir que no tienes imágenes? Solo te puedo decir que cuando sacas esas imágenes fuera de tí, es decir las pintas, el alivio es inmenso, es como si te sacaras un peso de encima. Al verlas de frente y fuera de un@.
Pintar es quitarse los miedos...

domingo, 24 de julio de 2011

Yo si se pintar


Hay que desterrar de una vez por todas ese bulo del don natural, no existen unas personas que por nacimiento tienen más facilidad para pintar que otras. La creatividad es innata en cada ser humano, absolutamente en tod@s. Lo tenemos dentro, lo que ocurre que por circunstancias unas personas lo desarrollan y otras no pero esta ahí, esperando salir. TODAS SOMOS ARTISTAS. Mi experiencia me lo ha hecho ver, en mi y en los demás. Propongo aquí un ejercicio muy sencillo que lo llamo EL GARABATO:
1- Cerrar los ojos y respirar profundamente, intentar dejar la mente en blanco.
2- Abrir los ojos y pintar garabatos sobre papel, sin ninguna intención, como lo haría un niño, dejarse llevar por las formas, las lineas,etc.
3- Cuando tengamos los garabatos, mirarlos y pensar a que nos recuerda o donde nos llevan. Darle forma a esos garabatos, por ejemplo, un garabato nos puede parecer un pajaro, pues marcaremos el dibujo hasta sacar el pajaro que vemos en el garabato. Luego, podemos aplicarle color o transformarlo como queramos.
Este ejercicio va muy bien para quitarnos el peso de que dibujar y como, y entender que pintar es un acto de libertad.

domingo, 17 de julio de 2011

Pinturas rupestres





La pintura rupestre es una manifestación artística primitiva del ser humano, iniciada hace unos 40.000 años durante la última glaciación que se puede ubicar en diversas épocas y en todos los continentes exceptuando la Antártida.
Se realizaban principalmente en los muros de cavernas, aunque también se hacían grafos en diferentes objetos como cantos rodados, cerámicas decoradas y objetos ornamentales. Estas pinturas y los petroglifos[1] asociados revelan que el hombre, desde tiempos prehistóricos organizó un sistema de representación artística. Se cree que en general eran realizados por ancianos o alguna especie de chamán. Casi todas las manifestaciones rupestres se dan en el interior de las cuevas. La decoración está, por lo general, apartada de los sitios ocupados por el asentamiento. Este carácter latente subraya su significado religioso o fuera de lo cotidiano. Al estar ocultas en asentamientos rocosos lejos de la erosión han resistido el pasar de los milenios.

Características


En las pinturas rupestres se simbolizan seres humanos, animales y el medio ambiente, representando además el comportamiento habitual de las colectividades y su interacción con las criaturas del entorno y sus deidades. Entre los principales figuras presentes en estos grafos encontramos imágenes de bisontes, caballos, ciervos y renos, aunque las marcas de manos también ocupan un porcentaje importante. Frecuentemente se muestran animales heridos o dañados con flechas. Los motivos y los materiales con que fueron elaboradas las distintas pinturas rupestres son muy similares entre sí, a pesar de los miles de kilómetros de distancia y miles de años en el tiempo. Se señala que todos los grupos humanos que dependían de la caza y recolección de frutos efectuaron este tipo de trabajo plástico.

Colores
En una pintura rupestre por lo general se usaban uno o dos colores, incluyendo algunos negros, rojos, amarillos y ocres. Los colores también llamados pigmentos eran de origen vegetal como el carbón, de fluidos y desechos corporales como las heces, compuestos minerales como la hematita, la arcilla y el óxido de manganeso, mezclados con un aglutinante orgánico (resina o grasa).

Técnica, elaboración y herramientas

Las cuevas se ubican totalmente bajo el suelo, y en consecuencia se hallan en una oscuridad casi completa. Se cree que los antiguos artistas se auxiliaban con unas pequeñas lámparas de piedra llenas de grasa animal o tuétano.
Los colores se untaban directamente con los dedos, aunque también se podía escupir la pintura sobre la roca, o se soplaban con una caña hueca finas líneas de pintura. En ocasiones los pigmentos en polvo se restregaban directamente en la pared y asimismo se los podía mezclar con algún aglutinante y aplicar con cañas o con pinceles rudimentarios. Como lápices se usaban ramas quemadas y bolas de colorante mineral aglutinadas con resina. A veces se aprovechaban desniveles y hendiduras de la pared para dar la sensación de volumen y realismo. A menudo las siluetas animales se marcaban o raspaban para generar incisiones y así producir un contorno realista y notorio en la roca.

sábado, 16 de julio de 2011

¿Qué nos impide pintar?



(Ejemplos de críticos interiores)


Lo que nos impide pintar es nuestro crítico interior, es decir nosotr@s mism@s. Por eso, vamos a empezar dibujando o pintando a nuestro crítico interior. Que mejor manera de ganarle la batalla que verle la cara y poder enfrentarnos a él. Tod@s tenemos un crítico interior que es como nuestra mosca cojonera, es esa cosa que nos dice, tú donde te crees que vas, quien te crees, como te atreves...Puede ser mil cosas diferentes en cada persona, o aquella maestr@ que tuvimos en el cole y nos ridiculizó delante de tod@s, o unos padres muy exigentes, etc. Lo importante es que le veamos el hocico y lo dibujemos para así poder enfrentarnos a él cara a cara y sin miedo, o mejor dicho perderle el miedo. Para decirle, yo si que puedo, soy totalmente capaz, yo puedo hacerlo y tu, ni nadie me lo va a impedir. Tenemos que ganarle la batalla a nuestro critico interior para empezar a liberar a nuestro artista. Las excusas del tipo, yo no pinto o no hago nada artístico porque no me gusta, son trampas que nos pone nuestro crítico interior. Y así, nos podemos tirar toda la vida...
1-Cerrar los ojos y respiremos larga y profundamente, mientras pensamos en nuestro crítico interior, dejarnos llevar por las imagenes que nos surjan, sin cortarnos y si nos dá miedo de lo que pueda salir no pasa nada, no rechacemos esa imagén. Daros cuenta que nuestro crítico es muy inteligente y no va a querer salir así como así. Buscará mil artimañas para que no lo veaís.
2- Cuando ya tengais una imagen clara, eso ya lo notareis, sea lo que sea, lo dibujais o pintais, como os resulte más comodo, a modo de boceto. Nada más abrir los ojos lo pintais por lo que ya teneís que tener preparado antes el material. Se pueden hacer varios bocetos, o de la misma imagen o si os han surgido cosas diferentes.
3- Lo más normal es que de primeras no salga totalmente nuestro crítico interior, es un proceso, pero así yá estamos en camino. Se hace de rogar. Pero poco a poco ira saliendo.
4- De lo que nos salga, terminaremos aquello que nos ponga muy nervios@ el mirarlo, ese es nuestro crítico. Y, esto es muy importante, lo pondremos en un sitio que lo tengamos muy a la vista en nuestro día a día, hasta que le vayamos perdiemdo miedo a esa imagén. Dialogar interior mente con esa imagén de nuestro crítico.
5- Os puedo asegurar que este ejercicio es muy efectivo, lo he comprobado en mí y lo he visto en más gente y es increible lo que sucede. El crítico interior es el guardián del calabozo donde esta encerrado nuestro artista interior.

jueves, 14 de julio de 2011

Nuestro cuerpo pinta



Mientras dormimos nuestro cuerpo pinta. La cama es como un gran lienzo. Con nuestro movimiento se iran creando pliegues en las sabanas. Por la mañana al levantarnos veremos el cuadro que hemos hecho mientras dormiamos. Todo tendrá un significado, si estamos nerviosos, tranquilos, etc. se reflejará en el cuadro realizado. Pero no hay que obsesionarse con buscar significados, porque además estos pueden ir variando, solamente dejarse llevar por lo que vemos y a donde nos lleva. También el dibujo que se ha formado a que nos recuerda, como el juego de las nubes.
Lo único que habrá que hacer es unas fotos, con diferentes encuadres, muy importante la luz, pues cambía mucho lo fotografiado. Si hacemos este cuadro, ya no podremos decir que no sabemos pintar.
Por último, le pondremos un título que ira ligado a lo que nos transmite lo que vemos y a nuestro estado de animo. Lo que nos salga, sin buscarle una razón.